El destitución de Dina Boluarte Zegarra, presidenta de la República del Perú, quedó sellada el 9 de octubre de 2025 cuando el Congreso aprobó, con 122 votos a favor, la incapacidad moral permanente para enfrentar el crimen organizado.
La votación se llevó a cabo en la sede del Congreso de la República del Perú en Lima, iniciando a las 9:00 a.m. y culminando a las 2:45 a.m. del día siguiente, cuando se aprobó la cuarta moción que selló la remoción.
Contexto político previo
Boluarte asumió el cargo el 7 de diciembre de 2022 tras la vacancia de Pedro Castillo. Desde entonces, su gobierno navegó una serie de turbulencias: tres intentos anteriores de vacancia (dos en 2023 y uno en 2024) fueron desestimados por el pleno legislativo. Sin embargo, la popularidad cayó en picada, alcanzando un 8,3 % de aprobación en una encuesta de CPI Perú realizada entre el 25 y el 28 de septiembre de 2025.
Los bloqueos parlamentarios que habían sostenido a la presidenta – Renovación Popular, Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Podemos Perú, Avanza País, Acción Popular y Somos Perú – cambiaron de postura tras meses de presión social y denuncias de corrupción.
Desarrollo de la sesión del Congreso
El proceso se inició el 8 de octubre cuando Rafael López Aliaga, líder de Renovación Popular y alcalde de Lima, presentó la primera moción centrada en supuestos delitos de corrupción. Le siguieron tres propuestas más: crisis de seguridad ciudadana, omisión frente al crimen organizado y abandono de funciones.
Durante la jornada del 9 de octubre, los 130 congresistas debatieron cada moción en orden. La última, que apuntaba al abandono de funciones, fue la que obtuvo la mayoría aplastante a las 2:45 a.m. del 10 de octubre.
Al final de la sesión, el recuento oficial quedó en 122 votos a favor, 0 en contra y 8 abstenciones, superando con creces el umbral de dos tercios (87 votos) requerido por el artículo 113 de la Constitución.
Reacciones de los protagonistas
Keiko Sofía Fujimori Higuchi, presidenta de Fuerza Popular, sorprendió al presentar su voto a favor pese a haber respaldado a Boluarte durante casi tres años. En declaraciones a medios locales, sostuvo que “la continuidad del gobierno había perdido toda legitimidad”.
Por su parte, José Jerí, el sucesor constitucional, tomó posesión en una ceremonia relámpago a las 3:15 a.m. del 10 de octubre, jurando ante la Corte Constitucional. Los detalles de su biografía son escasos, pero su ascenso se produce en la misma madrugada en que la Policía Nacional mantuvo estrictas medidas de seguridad alrededor del Palacio de Gobierno.
El analista político Carlos Aquino, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, comentó: "Esta destitución no resuelve la crisis institucional, sólo cambia el rostro del conflicto. La legitimidad del nuevo presidente es todavía muy limitada".

Impacto económico y social
- El sol peruano se apreció 0,8 % frente al dólar en las operaciones previas a la apertura de mercados internacionales del 10 de octubre.
- Se registraron protestas simultáneas a favor y en contra del cambio de poder, con alrededor de 200 manifestantes según estimaciones de la Policía Nacional, ubicados en la zona de Jr. Abancay 530.
- El costo de la sesión extraordinaria ascendió a PEN 120,000, según los registros financieros del Congreso.
- Encuestas de opinión indican que el 89,1 % de la población desaprueba la gestión de Boluarte, mientras que el nivel de confianza en las instituciones se mantiene por debajo del 30 %.
Próximos pasos y desafíos
Con José Jerí al mando, el calendario constitucional establece que completará el mandato hasta el 28 de julio de 2026. Sin embargo, deberá enfrentar una agenda pesada: la reforma del sistema de justicia, la lucha contra el narcotráfico y la recuperación de la confianza ciudadana.
Los líderes de los bloques parlamentarios ya anunciaron la apertura de una mesa de diálogo para definir una agenda de gobernabilidad. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca la situación, advirtiendo sobre posibles repercusiones en la inversión extranjera si la inestabilidad persiste.
En el horizonte, los próximos meses se perfilan como una prueba decisiva para la madurez democrática del Perú.
Preguntas frecuentes
¿Qué motivó la destitución de Dina Boluarte?
El Congreso aprobó una moción que alegó incapacidad moral permanente para enfrentar el crimen organizado, sumando también acusaciones de corrupción, crisis de seguridad y abandono de funciones. La votación alcanzó 122 votos a favor, superando el requisito constitucional.
¿Quién asumió la presidencia tras la vacancia?
José Jerí, el sucesor constitucional, tomó posesión en una ceremonia exprés el 10 de octubre de 2025, jurando ante la Corte Constitucional. Su mandato se extenderá hasta el 28 de julio de 2026.
¿Cómo reaccionó la población en Lima?
Se reportaron manifestaciones tanto a favor como en contra del nuevo gobierno. Aproximadamente 200 personas protestaron frente al Congreso, mientras otros grupos celebraron la destitución, según la Policía Nacional.
¿Cuál fue el impacto en los mercados financieros?
El sol peruano se fortaleció un 0,8 % frente al dólar en la jornada previa a la apertura de los mercados internacionales, reflejando una breve señal de confianza tras la noticia.
¿Qué desafíos enfrentará el nuevo presidente?
José Jerí deberá gestionar la reforma judicial, intensificar la lucha contra el narcotráfico, restaurar la legitimidad institucional y convocar un diálogo político con los principales bloques parlamentarios para garantizar la gobernabilidad.
Juan Pablo Sanchez Mancilla
octubre 10, 2025 AT 23:59¡Wow, otro día más de teatro político en el Perú! 🎭 Parece que el Congreso decidió montar una obra de suspense con Dina Boluarte como protagonista y José Jerí como el inesperado héroe de madrugada. ¿Quién necesita Netflix cuando tienes esta telenovela real? 🙄
Sebastian San Martin
octubre 11, 2025 AT 05:32La verdad es que esto es una vergüenza total, la gente está cansada de los mismos cuentos de corruptos que nunca cambian. La gente en la calle grita y no les hacen caso, y ahora otro con letrita de “incapacidad moral” se lleva el poder. No es justo y hay que hacer ruido.